Antes de continuar el viaje, de proseguir mi apasionante aventura, la que
me llevará mucho más allá de la palabra dislexia, deseo detenerme en un noble
lugar llamado, GRATITUD.
El
agradecimiento, es uno de los sentimientos
que quizá más me asombra pues es una fascinante mezcla de alegría, paz y conmovedora sensación de satisfacción. Es una combinación de emociones profundas y verdaderas que se producen en nuestro interior y nos abraza. Ocurre justo en eses instante, cuando somos
conscientes de que otro ser o una
situación nos regala, desinteresadamente, un momento amable que endulza nuestra
existencia.
“Tengo tanto por lo que agradecer, a tantas personas
y acontecimientos que me han traído hasta Serendipia que podría llenar páginas
y páginas con una nueva historia, aunque creo, que ahora seré breve”
Agradezco de una manera intensa y amorosa, a todas esas
maravillosas personas a las cuales no tengo el placer de conocer y que con sus
composiciones, fotografías e ilustraciones han dado vida, color y emoción a las palabras que han hilvanado mis textos.
Esta historia y todo mi blogs, no podría Ser sin
vuestras creaciones por lo que deseo de todo corazón que por lo menos, mis
argumentos sean lo suficiente hermosos y estén a la altura de vuestra pasión.
En este sentido decir, que solo conozco a la
ilustradora de la portada y contraportada de Serendipia. Es una joven muchacha
de tan solo 11 años que lleva la grandeza del cosmos dentro de su alma y que derrama, a través
de su fantasía y amor, su maravillosa verdad. Gracias hija mía, eres la primera
estrella de todo mi universo. Por
ti, junto a ti, G R AC I A S.
Y envuelta con esta dulce melodía del amar y
agradecer, necesito dar las gracias a mi pareja, mi amigo, mi marido. Eres el
aire fresco que sopla las velas de mi barco, el rayo de luz que se abre paso
entre la tormenta y me recuerda, que siempre hay un camino. Gracias por estar
ahí, por creer en mí y regalarme esa fuerza inagotable que vive en ti.
Ahora, no sé cómo decirlo, cómo decirte a ti
que lees en este momento mis palabras,
lo que siento al saber que estás conmigo.
Durante toda mi vida, el mundo me dijo que yo
no podía ser escritora porque cometía faltas de ortografía. Y pienso, ¡De verdad! ¿Tan
importante es la ortografía como para minar las posibilidades y doblegar el
alma de una niña? Toda una vida creyendo
que la pasión y el amor que me desgarraba por dentro tenía que quedarse ahí
anclado en mis sueños porque no me parecía a los demás. Y pienso, ¡De verdad! ¿Tan necesario es
ser iguales y hacer las cosas de la
misma manera, que para conseguirlo les arrebatamos a los niños la alegría de ser ellos mismos?
Toda una vida en silencio y ahora tú, y miles
y miles de personas salpicadas por distintos lugares del mundo, escucháis en vuestras
mentes y corazones lo que desde niña tengo que decir.
“El
agradecimiento es una muestra humilde de reconocimiento y amor, por lo que creo
que los sentimientos que en este momento inundan mi ser es humildad y amor por ti. De todo corazón GRACIAS. Ojalá pudiera también compartir contigo, esta
sensación benevolente que me recuerda que ser uno mismo siempre será el camino
más hermoso”
Gracias
desde lo más profundo de mi corazón,
a todos mis lectores y a todas mis
lectoras de España / Argentina / México
/ Estados Unidos / Colombia / Guatemala / Portugal / Francia / Rusia / Chile /
Perú / Costa Rica / Venezuela / Ucrania / Irlanda / Suecia /
Países Bajos. Y también gracias a ti, si hoy me has
encontrado por primera vez.
Por último, deseo agradecer a la magnánima energía
universal que en este planeta ha derramado toda su inspiración, que me haya permitido
existir y con ello la oportunidad de ser parte y poder apreciar, la exquisita belleza de cada
momento. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.