Dos formas de entender el significado de Dislexia. (Primera parte)
Cuando
buscamos definiciones de dislexia, solemos encontrar unas muy técnicas y alguna
que otra quizá más cercana. Todas hablan de nosotras/os pero en mi caso, no me siento identificada con ninguna de
ellas incluso podría decir, que cuentan una realidad que no se parece a la mía.
Entendemos que una definición siempre partirá desde
una base científica y por ello tendrá contenido y vocabulario. Sin embargo, cuando hablamos de encajar dentro de una definición a un
grupo de personas, esa definición debería de abarcar todas las perspectivas
posibles para que ese grupo, se sienta realmente identificado.
La
definición más clara que he encontrado, hablando desde un punto de vista
técnico, es la definición que se nos presenta desde la neurobiología. Esta es relativa al desarrollo
de las conexiones en nuestro sistema cerebral y de cómo ello afecta al
individuo/a para desarrollarse dentro de un entorno de aprendizaje.
Dice así:
“Dislexia es un conjunto de características neurobiológicas que comparte
un grupo menor de personas, debido a ellas, este grupo ve imposibilitado el
desarrollo pleno de sus habilidades lingüísticas. Para que podamos hablar de
dislexia, cada individuo/a no presentará ningún otro tipo de problema ya sea
sensorial, físico o motor”
Gracias a los nuevos avance, la ciencia nos aclara, que lo que nos hace diferentes es una característica o cualidad que permite
identificarnos y distinguirnos de nuestros semejantes.
Estos estudios, matizan que esa característica que
nos hace diferentes es la que tiene que ver con las habilidades lingüísticas o
también conocidas como destrezas o capacidades comunicativas. Esa es la
capacidad que tenemos para usar el lenguaje de una forma apropiada en las situaciones
sociales que se nos presentan cada día. Las cuatro canales de transmisión o
destrezas son escuchar, hablar, leer y escribir.
Por último, algo clave que define e identifica la
dislexia es la necesidad de no presentar problema alguno ya sea sensorial,
físico o motor pues si fuera así no perteneceríamos a este grupo si no a algún
otro con “Trastornos
de Integración Sensorial”
que es aquello que imposibilita que una
persona tenga una información exacta y fiel de su cuerpo y de su entorno, dificultando así su interacción social y desarrollo personal.
Pero falta una parte esencial y quizá la más
importante; el aspecto sociocultural. Este es el proceso o fenómeno
relacionado con las relaciones humanas y la realidad que sus miembros
construyen dentro de un ambiente de convivencia.
Desde la
experiencia, he de decir que la realidad social que se ha construido en torno a dislexia es una realidad totalmente errónea, que se basa en el
desconocimiento absoluto.
Trastorno, anomalía, alteración, síndrome, problema
o enfermedad incurable entre otros, han sido y son las calificaciones que
componen la realidad social de dislexia.
Esta realidad dificulta, daña y confunde
profundamente a todos los que la vivimos en primera persona. Pero sobre
todo, esta distorsión de la verdad, alimenta una tendencia sociocultural que
aborda dislexia en una dirección equivocada.