Sentirse capaz,
poseedora de una inteligencia natura, cargada de increíbles características y
capacidades. Albergar una sabiduría interior que le hace creer en sus alas y
saber que con ellas podría volar libre más allá de la realidad de otros seres y
sin embargo, vivir atrapada en una jaula.
Y me pregunto ¿que pensara de sí misma esa pequeña
y fascinante ave?
Yo sé la respuesta.
!Que
bellas y que extraordinarias son las otras aves de ahí fuera! Mira como vuelan hasta donde su voluntad les pueda llevar. Yo
siento dentro de mí una fuerza que me habla y me dice que yo también soy capaz,
que tengo que ir más allá de estos fríos barrotes, que puedo hacer todo lo que
yo desee hacer, pero...
Yo no soy igual, desde que salí de mi cascarón me
metieron en esta jaula porque mis alas no se parecían a las de ellas, creo que
están rotas. Al parecer sufro de algún síndrome, desorden, defecto, anomalía o
lo último que escuché decir a un adulto que parecía saber de lo que hablaba.
“Esa pequeña ave sufre una mutación genética cerebral incurable”
Claro, tonta de mí, que creí que la sabiduría de la
madre tierra me había concedido unas maravillosas alas para volar.
Nacer con las increíbles posibilidades de una mente
alegre, creativa, divergente, musical, atemporal, soñadora, artística,
inventora, intuitiva y crecer dentro de las actuales estructuras educativas, es tan
desconcertantemente injusto, como haber nacido pájaro y pasar toda la vida
dentro de una jaula.
“Libérate de
los barrotes de esa jaula que te arrebató la alegría de crecer siendo tú misma,
tú mismo. Cuando lo hagas, que tu valentía y esa nueva vida llena de amor por
ti, sirva de ejemplo a tus hijos, a tu pareja, quizá a tus alumnos y a otras
aves que al verte volar libre, sabrán de tu verdad y seguirán tu hermoso
ejemplo”
Con todo mi amor,
para mi dulce, libre y maravillosa hermana.
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