domingo, 25 de noviembre de 2018

Serendipia. La Cura para la dislexia. Capítulo I






¡Somos!
              
   El Universo, está compuesto de extraordinarios acontecimientos que a cada instante, interrumpen la quietud  misteriosa y profunda de la nada. Y de entre tan enigmática quietud brotamos nosotros, también extraordinarios, con el poder de la inteligencia suprema de la vida, grabado en nuestros genes.
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!Qué  maravilla! Nos encontramos aquí desafiando todas las leyes de una existencia improbable, en un universo caótico y a la vez perfecto. Y sin embargo, apenas somos conscientes de tan asombrosa realidad, de lo que significa estar vivos y de lo importantes que somos, simplemente por el hecho de existir.


Mientras cada segundo de esta efímera existencia, se derrama entre nuestras manos,  nosotros, caminamos obstinados inventando absurdas etiquetas que nos restan valor y con las que, al fin y al cabo, intentamos explicar, que somos diferentes ¡Eso ya lo sabemos! nos lo cuentan las leyes fundamentales del Universo, esas que decidieron construir el cosmos, sin repetir ni uno solo de sus insólitos acontecimientos.  

Se hace difícil creer, que de alguna manera, sin hacer nada especial, los seres humanos, tú también por supuesto, seamos hermosos y sublimes ¿Verdad? Pues sí que lo somos.  Por más que intentemos convencernos, unos a los otros, que somos imperfectos,  la profunda y sencilla verdad es, que no hay errores ni defectos en la inteligencia de la vida, cada ser que nace o surge en el Universo y en este  nuestro hogar, es exclusivo, puro.


Nunca olvides, que millones y millones de años de inteligencia universal, desde el Big Bang, pasando por la formación del cosmos, las galaxias, los sistemas planetarios y el surgimiento de la vida en este planeta, está impreso en los códigos genéticos que configuran tu cuerpo, laten tu corazón, bañan tus venas y sostienen tu ser.  Ten por seguro, que en el continuo espacio tiempo no hubo, hay, ni habrá jamás, nada ni nadie igual que tú, que resida en el mismo cuerpo que vistes tú, que piense como tú, que sienta, que sueñe, que se exprese o que ame, igual que lo haces tú.



Hemos  llegado hasta aquí para ser genuinos y libres, como  gotas de lluvia que caen donde y cuando quieren o como la brisa juguetona, siempre sutil, hermosa, que baila con los árboles sin que nada ni nadie la pueda detener.  Por lo que no hay lugar para críticas, comparaciones o desear ser de otra manera distinta a como eres justo, en este momento.
Sinceramente creo  que !Somos magníficos! De algún modo, la inteligencia universal, tras millones y millones de años de continua evolución, de búsqueda, ha encontrado en nosotros, en nuestros cuerpos, el canal perfecto para ir más allá de la materia.    


   “El  despertar de la consciencia en nuestras mentes, la facultad de poder apreciar la exquisita complejidad y belleza de aquello que nos rodea. Es tan asombroso este acontecimiento,  que es imposible no aceptar que somos, que eres un ser valiosísimo” 

¿Errores? Muchos, y sus consecuencias, trascendentales tanto para nosotros como para el sutil equilibrio de la naturaleza en este planeta.   No obstante, manejar la conciencia y también, un cerebro desconcertantemente sofisticado y poderoso, no parece ser una  tarea fácil ¿Verdad? No, pues no lo es. Lo natural, cuando te adentras en el entramado de lo físico, lo lógico y lo abstracto, es errar en alguno de los intentos, confundir los caminos y en muchas ocasiones, perderse. Y aun así,  incluso perdidos, hemos logrado avances extraordinarios, cargados de buenas intenciones, que han mejorado el bien individual y común.
  

Y yo me pregunto ¿Por qué nosotros? De entre todas las posibilidades que han existido y existen en este planeta ¿Por qué la especie humana, aparentemente es  la única, en la que se ha despertado la consciencia? Me gusta pensar que, no solo en este planeta, sino también en otros muchos en los que haya podido surgida la vida, existen unos seres dotados de consciencia e inteligencia, con capacidades y sentimientos verdaderamente hermosos. Una especie protectora, con dotes especiales, para custodiar con amor la armonía y permanencia de cada uno de los seres y acontecimientos que allí surjan.    

"Cual noble empresa para la humanidad, reconciliarse con el equilibrio del Universo defendiendo, respaldando y  sirviendo a este planeta, para que perdure la sutilidad de su belleza y continúe vibrante, en el  misterioso viaje del tiempo y  del espacio"


“ No existe otra ruta, la verdad de nuestra existencia reside en la naturaleza; el origen, el camino y el porvenir. Ella nos ama a cada uno de nosotros por igual ¿Cómo no? Somos el resultado de su inteligencia, su grandeza, la máxima expresión de su propósito de continuidad. Ella nos creó hermosos, perfectos, un eslabón preciado de su colosal proyecto llamado, Vida

1 comentario:

  1. Una increíble descripción de lo que somos. Me llevó a pensar que a pesar de los pequeñitos que somos y a veces nos sentimos en el universo, la grandeza la llevamos dentro por eso, porque somos únicos.

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