domingo, 13 de diciembre de 2015

Definición de Dislexia. (Teoría + Realidad)

       

Dos formas de entender el significado de Dislexia.  (Primera parte)                     


  Cuando buscamos definiciones de dislexia, solemos encontrar unas muy técnicas y alguna que otra quizá más cercana. Todas hablan de nosotras/os pero en mi  caso, no me siento identificada con ninguna de ellas incluso podría decir, que cuentan una realidad que no se parece a la mía.


  Entendemos que una definición siempre partirá desde una base científica y por ello tendrá contenido y vocabulario. Sin embargo, cuando hablamos de encajar dentro de una definición a un grupo de personas, esa definición debería de abarcar todas las perspectivas posibles para que ese grupo, se sienta realmente identificado.

  La definición más clara que he encontrado, hablando desde un punto de vista técnico, es la definición que se nos presenta desde la neurobiología. Esta es relativa al desarrollo de las conexiones en nuestro sistema cerebral y de cómo ello afecta al individuo/a para desarrollarse dentro de un entorno de aprendizaje.  


Dice así:

  “Dislexia es un conjunto de  características neurobiológicas que comparte un grupo menor de personas, debido a ellas, este grupo ve imposibilitado el desarrollo pleno de sus habilidades lingüísticas. Para que podamos hablar de dislexia, cada individuo/a no presentará ningún otro tipo de problema ya sea sensorial, físico o motor”


  Gracias a los nuevos avance, la ciencia nos aclara, que lo que nos hace diferentes es una característica o cualidad que permite identificarnos y distinguirnos de nuestros semejantes. 

  Estos estudios, matizan que esa característica que nos hace diferentes es la que tiene que ver con las habilidades lingüísticas o también conocidas como destrezas o capacidades comunicativas. Esa es la capacidad que tenemos para usar el lenguaje de una forma apropiada en las situaciones sociales que se nos presentan cada día. Las cuatro canales de transmisión o destrezas son escuchar, hablar, leer y escribir. 


  Por último, algo clave que define e identifica la dislexia es la necesidad de no presentar problema alguno ya sea sensorial, físico o motor pues si fuera así no perteneceríamos a este grupo si no a algún otro con  Trastornos de Integración Sensorial” que es aquello que  imposibilita que una persona tenga una información exacta y fiel de su cuerpo y de su entorno, dificultando así su interacción social y desarrollo personal.


  Pero falta una parte esencial y quizá la más importante; el aspecto sociocultural. Este es el proceso o fenómeno relacionado con las relaciones humanas y la realidad que sus miembros construyen dentro de un ambiente de  convivencia.

  Desde la experiencia, he de decir que la realidad social que se ha construido en torno a dislexia es una realidad totalmente errónea, que se basa en el desconocimiento absoluto. 


  Trastorno, anomalía, alteración, síndrome, problema o enfermedad incurable entre otros, han sido y son las calificaciones que componen la realidad social de dislexia.
                                
  Esta realidad dificulta, daña y confunde profundamente a todos los que la vivimos en primera persona. Pero sobre todo, esta distorsión de la verdad, alimenta una tendencia sociocultural que aborda dislexia en una dirección equivocada. 


Definición de Dislexia. (Teoría + Realidad)


Dos formas de entender el significado de Dislexia. (Segunda Parte) 



  Si aglutinamos la información técnica que conocemos, junto con los aspectos socioculturales que nos rodean, quizá estemos mejor preparados para asignar a dislexia una definición más cercana a la realidad.

Definición de dislexia

(Teoría + Realidad)

  Dislexia es una característica neurobiológica que comparte un grupo menor de personas y que afecta a la plenitud de sus habilidades lingüísticas.  

  Los estudios neurobiológicos confirman, que el grupo menor de personas que presentan dislexia, está sobradamente dotado para desarrollarse física, psicológica y socialmente a través de las habilidades y destrezas que les son inherentes a su hemisferio cerebral predominante que es el opuesto al del grupo mayor.
  Para que dislexia dejara de tener relevancia en la vida académica y social de los individuos que se ven afectados por ella, el actual sistema educativo debería impartir la enseñanza a través de distintas vías, adecuándolas a las características de los distintos grupos o individuos. Igualmente el entorno sociocultural debería, de aceptar y encajar adecuadamente que las diferencias que presentan grupos menores de personas, son tan válidas y enriquecedoras como las características que muestran las mayorías.


  Sin embargo el actual entorno escolar y social tiende a favorecer a aquellas personas que tienen predominio del pensamiento lingüístico, imponiendo así, una seria desventaja a estas otras personas que no lo tienen.

 Por consiguiente, continuar tratando dislexia como un problema y no como una diferencia, al igual que mantener una única línea de enseñanza basada casi en su totalidad en la lectoescritura, será caldo de cultivo  en el que dislexia, continuará siendo, un ingrediente de desigualdad social y educativo”


domingo, 29 de noviembre de 2015

Ecos del Pasado. "De sobra mostré que podía volar..."





  Durante la edad infantil, mientras estuve bajo la protección de mi familia pude ser yo misma. La fantasía que crecía en mi interior se elevaba a la máxima potencia creando a mi alrededor mundos exuberantes, apasionados y a la vez apacibles en los que poder vivir y soñar. Allí también habitaban mis hermanos, ellos fueron mi mayor fuente de inspiración, los capitanes  de mi barco pirata, mi refugio.

 Pero aquella maravillosa época duró poco pues a los cinco años fui llamada a filas por la sociedad y reclutada a través del sistema educativo. Durante los once siguientes años que duró mi escolarización ese sistema, aprovechando la vulnerabilidad de la infancia intentó doblegar mi voluntad anulando cada uno de mis intentos, puso especial ahínco en disipar mi esencia ninguneando mis logros, y se mofó públicamente de mis desatinos arrebatándome la dignidad de ser yo misma.




   Fueron los peores años de mi vida, cada día una tortura.  Pájaro feo indigno de pertenecer a su especie, enjaulado y castigado por no parecerse a los demás. De sobra mostré que podía volar pero en pro de la homogeneidad me cosieron las alas y me obligaron a caminar al ritmo del rebaño.




  Niña alegre y extrovertida que tornó melancólica. Con mirada perdida tras la ventana imaginaba mundos increíblemente bellos en los que vivir  apartada del resto. "Aquí no hay nada para mí" pensé. No hay espejos que atrapen mi reflejo. Algún día los míos vendrán a recogerme y me llevarán al lugar donde pertenezco.  


viernes, 27 de noviembre de 2015

Somos pocos y diferentes pero no estamos rotos.





  Los avances en  neurociencia y neurobiología  apuntan que este planeta está poblado por una mayoría de seres humanos con  pensamiento analítico, lógico y lingüístico. Habilidades que se desarrollan en el hemisferio izquierdo del cerebro. Por consiguiente la otra minoría de la población comparte un pensamiento visual, abstracto, espacial y creativo. Habilidades que se desarrollan en el hemisferio derecho del cerebro.  

  Las estadísticas cuantifican los casos de dislexia entre un 10% y un 15% de la población.   Por deducción y coincidiendo con la neurociencia y neurobiología, estas mismas estadísticas arrojan el dato de que alrededor de un 85 o 90% de los seres humanos tienen más desarrollado su hemisferio Izquierdo y por  tanto son más notables las habilidades y destrezas que le son inherentes, entre ellas las destrezas lingüísticas.



 La habilidad de la lectoescritura es una de las destrezas más reconocidas y alabadas por el sistema educativo y por la sociedad en general, pero en el caso de personas con predominio del hemisferio derecho no es necesaria como vía esencial de comunicación o como soporte primordial del aprendizaje. Los pensadores visuales tienen más agudizados sus sentidos y desarrolladas otras destrezas a través de las cuales se desarrollan intelectual y emocionalmente con la misma plenitud que el resto. 




  Sin duda  esto es muy difícil de entender para una abrumadora mayoría que ha creado y adaptado, a lo largo de los tiempos, todo su entorno a su imagen y semejanza es decir, a través de sus propias habilidades.


 Como conclusión podemos decir que en el actual entorno escolar y social se tiende a favorecer a aquellas personas que tienen predominio del pensamiento lingüístico, imponiendo así, una seria desventaja a aquellas otras personas que no lo tienen.  En las escuelas niños y niñas con capacidades increíbles y destrezas excepcionales son forzados a aprender a través de sus "no habilidades" y lo peor aún, son convencidos por ese mismo entorno de que sus mejores dones no lo son.






domingo, 15 de noviembre de 2015

Lectoescritura un rompecabezas


¿Por qué la lectoescritura que parece un ejercicio tan sencillo para los demás es un rompecabezas para nosotros?




  Cuando hacemos referencia a que cada individuo/a tiene más desarrollado uno u otro hemisferio no hay que entender que una de las mitades de nuestro cerebro es más grande que la otra. Todo depende de las conexiones que se han activado dentro de cada uno de los hemisferios. Por lo que en el caso de personas con el hemisferio derecho más desarrollado, existirán más conexiones activadas dentro de él que en su hemisferio izquierdo y viceversa.    
      


                                                       
   Las áreas del cerebro que se encargan de la lectoescritura  están  localizadas en el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro.  El área de Broca (ubicado en el lóbulo frontal), el área de Wernicke (lóbulo temporal) y el Angular Gyrus (Región parietal).   A través de estas tres áreas se aprende a leer y a escribir. En ellas se almacena lo aprendido y se perfecciona el lenguaje.



    En el cerebro de las personas que tienen menos desarrollado el hemisferio izquierdo,  las áreas de Gyrus y Wernicke no se han activado. Quizá se puede detectar movimiento en el área de Broca pero, esta área por sí sola, no es capaz de trabajar con tanta precisión y exactitud como las tres de forma individual o conjunta. 

  Esto no significa que exista una malformación, enfermedad, problema o cualquier otro  adjetivo o nombre que con bastante desatino se suele adjudicar a este hecho. Estamos hablando de una característica neurobiológica que compartimos un grupo reducido de personas.  En nuestro caso no tenemos activadas áreas específica para aprender a leer o escribir por lo que la tarea de la lectoescritura se nos presenta de forma diferente, mucho más compleja y menos exacta.  


   
  Cuando leemos un texto por primera vez, solemos entender el significado de las palabras como conceptos individuales  pero nuestro cerebro no consigue unirlas como frase.  Quizá la segunda vez que leemos el mismo texto es cuando comenzamos a sumar palabras y a comprender el mensaje. En otras ocasiones, según la complejidad del texto, la extensión y el vocabulario utilizado, necesitaremos leer tres o más veces antes de asimilar el contenido por completo.




 De igual forma sucede cuando estamos cogiendo apuntes. Entendemos lo que se nos está dictando pero nuestro cerebro no tiene activadas las vías necesarias para procesar esa información de forma instantánea y hacer que nuestra mano escriba automáticamente al mismo tiempo que nuestro oído escucha.

   Esto significa que no tenemos automatizada la lectoescritura por lo que el proceso de entender lo que leemos al igual que escribir lo que pensamos o escuchamos se convierte en una actividad algo más lenta y menos precisa.





domingo, 8 de noviembre de 2015

El precio de ser diferente


  


  Nuestras vidas, son el resultado de la suma de las circunstancias que nos rodean. Queda muy poco margen para tomar decisiones que no hayan sido previamente condicionadas, por las características del lugar o  época en la que hayamos nacido y  salpicadas, por el torrente de las vidas de los que, de un modo ocasional o quizás más duradero, caminan a nuestro lado.

  Pero además de aquello que irremediablemente nos envuelve y nos lleva,  el ser humano, apartándose de su vínculo con la naturaleza, ha inventado un nuevo ecosistema llamado sociedad. Las sociedades se alimentan de normas que encauzan los comportamientos de los hombres, consiguiendo así, una convivencia racional y coherente entre ellos.

 Desde que nacemos todo lo que nos rodea nos avoca a adecuarnos a esos códigos sociales, unos códigos creados por los humanos para controlar los actos de los humanos, pero ¿qué pasa con aquellos individuos que aun siendo irremediablemente arrastrados por la masa son, esencialmente diferentes al resto? ¿Qué pasa cuando alguien se sale de la norma? Todos conocemos esa respuesta, cuando alguien no se adecua a los requisitos establecidos por la mayoría, es catalogado,  apartado y castigado. Esto puede estar muy bien, para castigar e intentar corregir, las conductas de los que dañan a otros.   Pero no para aquellas personas, que solo han cometido el delito de entender y sentir el mundo de un modo diferente.